Los adolescentes pueden convertirse en una especie de fuerte dolor de cabeza para sus padres, quienes suelen expresar que el hasta hace poco el niño cariñoso, calmo y amable, se transformó en un joven de un mal genio incontrolable. ver video
La adolescencia es una etapa de la vida que se caracteriza por presentar variaciones rápidas en los estados de ánimo y la exacerbación de la emotividad al máximo, tanto sea hacia la euforia como a la tristeza, lo que lo puede llevar a caer en situaciones de riesgo, drogas, alcohol, conducción imprudente, entre otras.
Durante esta etapa, es decir en el periodo de tiempo que abarca de los 10 a los 20 años, ocurren en las estructuras cerebrales una serie de cambios con consecuencias importantes, por lo que se puede considerar que tienen un cerebro aún por terminar de desarrollarse.
El conflicto generacional no es un tema actual, pues ya fue planteado hace miles de años atrás por Aristóteles, quien decía que “la naturaleza calienta a los jóvenes como el vino lo hace con los ebrios”. William Shakespeare también se ocupó del tema, pues en una de sus obras, uno de los personajes deseaba que la juventud durmiera entre los 10 y 23 años. Inclusive el mismo Freud pensaba que la adolescencia era la expresión de un conflicto sicosexual tormentoso, mientras que el psicólogo y pedagogo estadounidense Granville Stanley Hall creía que este periodo replicaba las etapas menos civilizadas de la historia humana.
Pero no todo está en contra de los jóvenes, ya que hay una visión de esta realidad basada en los nuevos descubrimientos neurocientíficos y genéticos, que se ha denominado versión adaptativa del adolescente. Ésta lo muestra como un ser ultrasensible y adaptable.
Los cambios que se producen en el cerebro
En los jóvenes se producen cambios que son positivos, pero como se desencadenan de forma paulatina en las primeras etapas del proceso los mismos son imperfectos e incompletos, lo que favorece la aparición de inconvenientes conductuales. Además, durante este periodo el cerebro es más sensible a la falta de sueño, estrés y mala alimentación, algo que contribuye a poner en mayor evidencia su falta de maduración, puntos que los adolescentes no suelen tener en cuenta en cuanto a sus hábitos.
Otra de las modificaciones se produce a nivel de los axones, que son las vías a través de la cual las neuronas transmiten los impulsos nerviosos. Estas estructuras se van cubriendo paulatinamente de mielina (una sustancia que cumple una función aislante), que les permite aumentar su velocidad de conducción hasta 100 veces. A su vez, en las otras arborescencias neuronales, llamadas dendritas, se produce un aumento notable de las ramificaciones. Sin embargo, estos cambios son selectivos y progresivos, pues el cerebro experimenta una poda neuronal que es una especie de reajuste en el número de neuronas que lo componen, así como de su cableado neuronal, eliminando aquellas conexiones que no utiliza, a la vez que refuerza las que le son útiles para la supervivencia presente y del futuro.
Sin embargo, si aprendemos qué sucede en el cerebro y los cambios por los que éste pasa, podemos ser una excelente compañía y guía para nuestros hijos. Espacios de sano vínculo y sincera comunicación son fundamentales para que los circuitos de alarma no se enciendan sino que, por el contrario, padres e hijos puedan aprender uno de otros de esta etapa tan crucial en la vida de todo ser humano.
Los adolescentes pueden reconocer y valorar que los padres han pasado por la misma situación, angustias y emociones que ellos y, por ello, pueden compartir ciertos conocimientos que tal vez les convenga saber.
Los padres debemos descubrir la función trascendente de serlo, y recordar que la característica distintiva del cerebro del adolescente es la que nos permite entender, por un lado, las tendencias que nos preocupan y, por el otro, su maravillosa adaptabilidad que se debe a la plasticidad de las áreas prefrontales, que maduran lentamente. Como señalábamos más arriba, esas áreas son las últimas en adquirir el aislamiento de mielina que acelera la transmisión de información. Ver mas.
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